Corrupción en
Directivos de las Educación Primaria en México.
De la Dirección
1ª Primera Parte

Tal es el caso que
se suscita en una escuela que lleva el nombre de primaria “Manuel Ávila
Camacho”, que se encuentra ubicada en calle Norte 82, número 582, en el cuál
maestros, personal administrativo y padres de familia denuncian desde el abuso
de autoridad por parte de sus directivos, la cual c
onsiste hasta agresiones verbales, grosería, burlas en las que evidencian a los maestros y administrativos que no trabajan de acuerdo a sus complacencias; reclaman aportaciones económicas para supuestos arreglos de la escuela, que mes con mes tiene que ser adornada acorde a festividades que se organizan, sin tomar en cuenta que el docente trabaja en este tipo de escuelas y es porque su presupuesto no es favorable para sus gastos familiares.

En cuanto a los
recursos destinados con el programa de “Escuelas de calidad”, en los planteles
de tiempo completo que año tras año llegan a recibir cada colegio estos
no son utilizados para cubrir las necesidades educativas en una gran parte,
sino son utilizados para fines personales; y estas carencias que se tienen
desde principio de año hasta fin de curso, tales como son: papelería, compra de
libros, materiales didáctico para uso de niños, así como aseo, mantenimiento,
etc.

Asimismo las
constantes actividades extraescolares que se realizan so pretexto recabar
fondos para la escuela, reflejan desvío de recursos, ya que los mismos no se
ven reflejados en el plantel y, los directivos inflan los gastos con falsas
facturas que ingresan como gastos realizados y no justificados. Estas
actividades también son utilizadas para pedir recursos a los padres de familia
mediante quermeses, verbenas, mañanitas mexicanas, posadas, cumpleaños,
festivales, despedidas, cajas chicas, cooperativa, sin cumplir su objetivo,
pues no se ven aprecian mejoras sustanciales en los servicios o el cuidado de
la escuela.
Es importante
destacar que para concluir con este tipo de actividades y corruptelas será
necesario que la plantilla docente y colegiada, en forma democrática tome
decisiones en los asuntos relacionados con este tipo de actividades, cuentas
que deberán ser transparentadas ante el personal y que haya gente o autoridades
imparciales que verifiquen la certeza en la utilización de los recursos. Por
supuesto, se apliquen los recursos asignados por los funcionarios desde los
niveles más bajos (directivos) hasta altos funcionarios
que se dicen representar a la educación para el objetivo que la normatividad
establece en materia de educación.